¿Qué es la vida natural? Para entender en qué consiste la vida
natural es necesario distinguirla de lo que no es natural. La vida depende de
la selección de (1) alimento, (2) habitación y (3) compañía. Para vivir en
forma natural, los animales inferiores hacen esta selección por sí mismos, con
la ayuda de sus instintos y de los centinelas naturales localizados en los
órganos de los sentidos de la vista, oído, tacto, olfato y gusto. En el ser
humano en general, sin embargo, estos órganos están tan desnaturalizados debido
al género de vida contrario a la naturaleza que llevan desde la misma infancia,
que no es posible confiar en sus reacciones. Por lo tanto para entender lo que
son nuestras necesidades naturales, necesitamos depender de la observación la
experimentación y la razón.
¿Cuál es el alimento natural del hombre? En la selección de nuestra
alimentación natural, deberíamos tomar en consideración cuál es la forma de los
órganos que ayudan a la digestión y la nutrición –los dientes y el conducto
digestivo- , la tendencia natural de los órganos sensoriales que guían a los
animales hacia determinados alimentos, y la alimentación de las criaturas
jóvenes.
Observación de los dientes. Al observar los dientes, notamos que en
los animales carnívoros los incisivos son poco desarrollados, mientras que los
caninos son considerablemente largos, lisos y puntiagudos, para aferrar la
presa. Los molares también son puntiagudos, pero no se tocan sino que se
ajustan lateralmente para separar las fibras musculares.
En los animales herbívoros, los
incisivos son notablemente desarrollados, los caninos reducidos (aunque a
veces, como en el caso de los elefantes, se han desarrollado bastante para
constituir un arma defensiva) los morales tienen una amplia superficie de
masticación y están provistos de esmalte sólo en los costados.
En los frugívoros, todos los
dientes tienen casi la misma altura; los caninos son algo predominantes, cónicos y romos (obviamente no
están destinados a coger una presa, sino a ejercer la fuerza).Los molares
tienen una amplia superficie de masticación y están provistos de capas de
esmalte en la parte superior, cuyo objetivo es prevenir el desgaste originado
por su movimiento lateral, pero no son puntiagudos para permitirles masticar
carne.
Por otra parte en los animales omnívoros como en el caso de los osos, los incisivos se parecen a los de los herbívoros, los caninos a los de los carnívoros y los molares son a la vez anchos y puntiagudos para cumplir un doble propósito.
Por otra parte en los animales omnívoros como en el caso de los osos, los incisivos se parecen a los de los herbívoros, los caninos a los de los carnívoros y los molares son a la vez anchos y puntiagudos para cumplir un doble propósito.
Ahora bien, si observamos la forma de los dientes en el hombre, podemos
comprobar que ésta no se asemeja a la de los animales carnívoros, así como
tampoco a la de los herbívoros u omnívoros, pero coincide en la forma exacta de
los frugívoros. Puede deducirse, pues, con razón que el hombre es un animal
frugívoro, es decir que se alimenta de frutas (Se considera frutas a toda parte
de vida animal y vegetal útil al hombre. La dieta a base de frutas a que se
refiere Sri Yukteswar incluye, pues, las verduras, hortalizas, cereales, frutos
secos, leguminosas, etc).
Observación del canal digestivo. Si observamos el conducto digestivo, podremos
apreciar que los intestinos de los animales carnívoros son de 3 a 5 veces más
largos que la longitud de su cuerpo, si se mide ésta desde la boca hasta el
ano; y su estómago es casi esférico. Los intestinos de los herbívoros son 20 a
28 veces más largo que la longitud de sus cuerpos, y su estómago es más extenso
y de forma compuesta. Los intestinos de los animales frugívoros son de 10 a 12
veces más largos que la magnitud de sus cuerpos, y sus estómagos son algo más
anchos que los de los carnívoros y están provistos de una extensión de duodeno,
que sirve como un segundo estómago.
Esta última es exactamente la formación que encontramos en el ser
humano. Aún cuando la anatomía afirma que sus intestinos son de 3 a 5 veces más
largos que la longitud de su cuerpo, éste es un error basado en que el cuerpo
ha sido medido desde la cabeza hasta la planta de los pies, en lugar de medir
la longitud boca – ano. Una vez más podemos deducir con toda probabilidad que el hombre es un
animal frugívoro.
Observación de los órganos de los sentidos. Al observar la tendencia natural de los órganos
de los sentidos- Los indicadores de las substancias nutritivas- que guían a
todos los animales hacia su alimento, podemos apreciar que cuando el animal
carnívoro encuentra a su presa se deleita tanto que sus ojos brillan:
intrépidamente salta sobre ella y lame su sangre con avidez. Por el contrario
el animal herbívoro rechaza incluso sus alimentos naturales dejándolos
intactos, si estos se encuentran manchados con unas pocas gotas de sangre. Sus
sentidos del olfato y de la vista lo
llevan a seleccionar hierbas y otras
plantas para su alimentación, las cuales saborea con deleite. De manera similar
observamos que en los animales frugívoros, sus sentidos les guían
invariablemente hacia las frutas de los árboles y del campo.
En los hombres de todas las razas constatamos que los sentidos del
olfato, del oído y de la vista nunca le inducen a matar animales y que, por el
contrario, ni siquiera pueden tolerar la vista de semejantes matanzas. Siempre
se ha recomendado que los mataderos sean instalados lejos de las ciudades; a
menudo se dictan estrictas ordenanzas prohibiendo el transporte al descubierto
de carnes frescas. ¿Puede entonces considerarse a la carne como el alimento
natural del hombre, cuando sus ojos y su nariz rechazan, a menos que sean
engañados por el sabor que le aportan las especies, la sal y el azúcar? Por
otra parte, cuán deliciosa encontramos la fregancia de las frutas, s cuya
simple vista se no hace agua la boca! Cabe señalar también que los cereales y
vegetales poseen un olor y sabor agradable, aun cuando sea suave, incluso
cuando no han sido preparados. De las observaciones anteriores, nos inclinamos
a inferir que el hombre estaba destinado originalmente a ser un animal
frugívoro.
Observación de los alimentos de los recién
nacidos. Si observamos la nutrición
de los recién nacidos, podemos apreciar que la leche es indudablemente su
principal alimento. Y ésta no se produce en cantidad adecuada en los senos de la madre si ella no ingiere
frutas, cereales y verduras como su alimento natural.
La causa de las enfermedades. De todas estas observaciones, sólo podemos
concluir razonablemente que los diversos tipos de cereales, frutas, raíces
comestibles, son decididamente los mejores alimentos naturales para el hombre.
Dichos alimentos son siempre asimilados, puesto que concuerdan con su
organismo, siempre que se ingieran de acuerdo a la capacidad de los órganos
digestivos y sean masticados y mezclados con saliva en la forma adecuada.
Otros alimentos no son naturales al hombre y –puesto que no concuerdan
con su organismo- le resultan extraños. Por ello, cuando llegan al estómago, no
son asimilados en la forma adecuada. Y al mezclarse con la sangre, se acumulan
tanto en los órganos excretorios como en otros órganos, ninguno de los cuales
se encuentra adaptado para recibirlos. Por este motivo, no pueden ser
eliminados y se almacenan en los recesos de los tejidos, por efecto de ley de
la gravitación; al fermentar, causan enfermedades tanto físicas como mentales,
y conducen a la muerte prematura.
Swami Sri Yukteswar
Extractado de La Ciencia Sagrada,Sutra 9-11.
Extractado de La Ciencia Sagrada,Sutra 9-11.
SelfRealization Fellowship