viernes, 10 de julio de 2015

Nace una empresa o un estilo de vida

Desde hace más de 8 años solo tenía claro que el conocimiento era la única forma para calmar mi mente, inquieto por respuestas del ser. Estudié como muchos una prestigiosa carrera que me llevó a conocer otros países y culturas, donde conocí a los primeros Yoguis que me inspiraron y sembraron una semilla Védica que cada día aboné y ahora puedo recoger los frutos.

A quienes me preguntan ¿cómo nació Sattva?, puedo decirles que fueron una serie de eventos afortunados que la vida me regaló y hoy solo puedo agradecer… Viajé a New York para asuntos laborales y conocí a unos miembros de Integral Yoga que me permitieron hacer Karma Yoga en su academia, donde aprendí las técnicas sutiles del Ayurveda, mientras amenizaban sesiones de Kirtans, Meditaciones y Yoga. Ya desde hacía unos años venía frecuentando escuelas de yoga conociendo caminos Védicos y sus implicaciones. Pero fue desde ese viaje que llegué a Medellín con la firme intención de cambiar mi destino y dedicarme a las ciencias Védicas.

La llegada a casa con mis nuevos hábitos y conocimientos requería un empleo o empresa próspera, como nos ha pasado a muchos. Así que comencé a hacer mis primeras tortas y muffins vegetarianos. Buscaba salir a compartir mi esencia en empresas, mercados saludables, escuelas de yoga, centros holísticos, entre otros. Primero como Sebastián Sierra, después como Murillito y finalmente como Sattva Repostería Integral, poco a poco estos productos fueron pioneros en la ciudad y marcaron una tendencia de alimentos bajos en azúcar y grasas, con mezclas de cereales integrales, sin huevo, ni preservativos. Estos productos ayudaron a abrir la conciencia de muchos para que se alimentaran con panes y tortas artesanales antes que las opciones comerciales.

La repostería permitió que me pudiera acercar a muchas personas interesadas en el vegetarianismo o que tenían profundas preocupaciones con su alimentación. Con ellas compartí, me enseñaron y pude orientarlas con Ayurveda. Todas estas personas pedían un lugar con las mezclas, cocciones y sabores adecuados. Así nace Sattva Cocina Vegetariana con los principios ayurvédicos de balance nutrición y vegetarianismo responsable. Hoy podemos celebrar 2 años, que han sido una escuela de perseverancia donde detectamos que los problemas físicos de la actualidad se deben no solo a las costumbres alimenticias, sino a la ignorancia al respecto. Muchas personas en búsqueda de la salud, por moda, sensibilidad, compasión, entre otras. Han iniciado dietas vegetarianas o “saludables”, sin una guía,  y no logran ver sus inigualables beneficios o peor aún hacerla sostenible en el tiempo.

Ya asentada la base de mi economía, coherente con lo que me gusta. Comprendí que los estudios védicos me llevaron a trascender el escepticismo con el que fui educado en occidente y entendí que definitivamente somos parte de un universo ilimitado, indescriptible, al cual ignoramos diariamente. Descubro ahora que el JYOTISH (CIENCIA DE LA LUZen sánscrito) o ASTROLOGÍA VÉDICA más que un sistema adivinatorio, es la ciencia de la transformación, que matemáticamente ilumina el camino a seguir,  mostrando como los ciclos del tiempo y la vida cósmica influyen en la conciencia,  en el carácter y en el comportamiento de los seres humanos. AYURVEDA  y JYOTISH van de la mano, la primera a partir de 3 constituciones existentes (Vatha, Pitta y Kapha) permite hacer un mapa físico y nutricional del ser humano. La segunda a partir del día, la hora y el lugar de nacimiento permite entender cualquier tendencia en el tiempo donde se pueda requerir un ser alerta, que sea capaz de entender los fenómenos de la vida y transformarlos, por esto los mismos Vedas consideran estas ciencias “formas de sabiduría viviente”.

Los cambios de Sattva son constantes como los cambios planetarios, aumenta mi conocimiento y llegan personas a nuestro equipo de trabajo para aportar más increíbles conceptos Védicos y los adherimos a nuestras charlas, cursos y prácticas.

Sattva ha sido mi camino para entregar a la sociedad el conocimiento Védico que obtengo y es lo quiero seguir haciendo, no es de mi interés detenerme en la búsqueda de saberes que permitan la alcanzar esa integralidad, cuerpo, mente y espíritu.

Tan solo deseo entregar alimentos llenos de bondad (traducción de Sattva en sánscrito), prácticas trascendentales y saberes que despierten conciencias. ¡Gracias a mis clientes, amigos y familiares por acompañarnos en este estilo de vida!


Sebastián Sierra Murillo

viernes, 3 de julio de 2015

¿Sabes por qué celebramos los Cumpleaños con TORTAS, velas y deseos?

En la actualidad la celebración del cumpleaños es de gran acogida en el mundo, constituye una de las pocas fiestas que no tiene vetos de religiones, porque finalmente aunque no sabemos muy bien su origen, entendemos que es un homenaje para quien nació en determinada fecha. Es un momento en el que se hace un pequeño canto alrededor de una TORTA con velas encendidas que luego de ser sopladas conceden deseos.

Pero, ¿realmente qué sabemos de esta celebración?, el origen más exacto nos remite a la antigua Grecia, donde cada mes se le ofrecían pasteles redondos de harina y miel a Artemisa diosa de la luna, igualmente se adornaban con velas para simular su resplandor. Parte de la ceremonia incluía pedir un deseo y soplar las velas para que el humo ascendiera hasta la diosa Artemisa y ella misma pudiera hacer el pedido realidad.

También en Mesopotamia y Egipto se recordaba y celebraba la fecha de cumpleaños porque era el momento del año donde se consultaba a los astrólogos todo lo necesario para tener un próspero futuro. 
Incluso en la India según la astrología védica o Jyotish, en el cumpleaños era necesario agradecer a los Devas (divinidades) y al Ishta Devata (angel guardián) pidiéndole ayuda, guía y protección para el año que empezaba. Concepto que coincide con la tradición griega donde agradecían a  “daemos” o espíritu protector  personal, que está con el ser humano desde el momento de su nacimiento y lo acompaña toda su vida.

La iglesia católica consideraba que cualquier tipo de predicción y las celebraciones de vida eran ritos paganos, solo era permitido celebrar las muertes de los santos.Hasta el siglo IV de nuestra era donde el nacimiento de Jesús o la natividad, comenzó a ser celebrada como uno de los eventos más importante del año. Además los reyes magos llegaron con las estrellas en una especie de lectura astral y las celebraciones de cumpleaños particulares fueron aceptadas por la iglesia con la intención de ser más incluyentes.

Pero todo este resurgir de las ceremonias de cumpleaños no solo se lo debemos a Jesús, también a los niños alemanes del siglo XIII que podían ser homenajeados en una fiesta que se denominó “Kinderfeste”.El niño era despertado con TORTA y velas que permanecían encendidas todo el día, el número de velas debía ser igual a los años que cumplía más una que representaba la “luz de la vida”. Además recibía regalos y se hacía un banquete familiar dando origen a las fiestas infantiles de cumpleaños actuales.


Sea uno o todos el origen de esta celebración, es divertido, emocionante y mágico celebrar el cumpleaños, con una gran TORTA redonda que te trae los mejores augurios de la luna o que es una delicia especial para compartir tu día de “luz de la vida”, donde los nobles deseos se cumplen.

Fuentes:
(Libro Mundial):”Ralph y Adelin Linton en su libro “La Tradición de los Cumpleaños”
*Enciclopedia “World Book” (Libro Mundial):”



martes, 2 de diciembre de 2014

¿Qué significa Sattva?

Cuando nacemos cada ser humano tiene una constitución innata, que en ayurveda se define como dosha, estos aunque determinan nuestros comportamientos, pueden balancearse con una alimentación adecuada. No obstante también nuestra mente tiene sus doshas, conocidos como Gunas o trigunas, que en resumen son estados de la mente a los que nos pueden llevar los alimentos y las prácticas que tenemos en nuestra vida cotidiana.

Las Gunas son sattva, rajas y tamas.  Sattva se entiende como una mente en el estado puro, estable, armónica y equilibrada.  Rajas es la mente que camina en el sentido de su necesidad urgente, activa, pero precipitada e impulsiva. Tamas refleja el estado mental pasivo, destructivo, inerte y depresivo.

Estos estados de la mente pueden ser modificados por los alimentos, de la siguiente forma;  los alimentos sáttvicos son saludables y nutritivos, se digieren fácilmente, frescos, cocidos y maduros, por ejemplo; frutos secos, leguminosas, verduras y frutas. Los alimentos rajásicos son muy salados, muy dulces, muy amargos, muy calientes, muy ácidos, muy picantes, muy aromáticos, estos alimentos excitan e intoxican el cuerpo, por ejemplo;  la cebolla y el ajo. Y los alimentos tamásicos deprimen, perturban y causan enfermedades, la alimentación tamásica debilita el intelecto intuitivo, por ejemplo; las carnes y los licores.

Así que el estado de la mental Sattva es donde se elige equilibrar el cuerpo y la mente para prácticas más trascendentales, permitir que el cuerpo se nutra, que lo físico no sea un impedimento para  alcanzar las metas en la vida, donde el ser humano debe alimentarse para vivir, y no vivir para alimentarse.

Los budistas utilizan la palabra “bodhisattva” para denominar a los seres que han iniciado la iluminación, el término está compuesto por  bodhi (supremo conocimiento e iluminación) y sattva (ser sensible, esencia pura).

Tener una dieta Sáttvica permite equilibrar los componentes esenciales que necesita el cuerpo en cada comida; proteínas, hidratos de carbonos, grasas, vitaminas y minerales. Además tener prácticas sáttvicas de alimentación, implica además un adecuado aseo bucal, comer moderadamente, mente serena mientras se come, de esta manera el cuerpo podrá recibir mucho mejor sus materias primas y la digestión será más eficiente.


Para quien cocina alimentos sáttvicos la responsabilidad es grande y requiere una impecable limpieza y orden, un ambiente pacífico y favorable, los alimentos se impregnan de la energía que el cocinero emana mientras crea  sus platos.

Foto: Maitreya Miroku bosatsu at the Koryu-ji Temple of Kyoto.





jueves, 18 de septiembre de 2014

Las prácticas de Yoga Adelgazan

Con el yoga se logra adelgazar sin transpiración ni régimen. Es claro que la moderación en la alimentación es recomendable, pero no la neurosis torturante de las dietas. El Yoga adelgaza por actuar sobre las glándulas y regular la orquesta endocrina. Por ejemplo, se observa que diversos ejercicios con fama de adelgazantes eficientes se ejecutan sin esfuerzo y casi todos comprimen o distienden la tiroides. Es sabido que la estimulación de esa glándula tiende a producir adelgazamiento.

Otro recurso de Yoga es aumentar la absorción de comburente (oxígeno) a través de determinados pranayamas ( ejercicios de respiración), lo que, se cree, induce al aumento de la quema de grasas en el organismo.

Hay también ejercicios de fortalecimiento de la musculatura y de contracción  del abdomen que producen un resultado estético que supera las expectativas.

Además de los ejercicios, existen consejos relativos a la alimentación, pues no se puede ignorar que ciertos alimentos engordan más que otros. Pero eso nada tiene que ver con el régimen o dieta.

Finalmente el Yoga cuenta con un triunfo poderoso: proporciona  equilibrio emocional, que frecuentemente falta en las personas que no consiguen adelgazar, lo que torna infructífera cualquier otra alternativa, sea de ejercicios, sea restricción alimentaria, y puede incluso generar una neurosis.

En fin, éstos son los secretos del Yoga para conseguir tan buenos resultados de adelgazamiento en un tiempo razonablemente corto.

Maestro De Rose, Codificador mundial de Swasthya Yoga Shástra
Estractado del Libro Yoga Avanzado




viernes, 5 de septiembre de 2014

El Yoga de la nutrición

El tema de la nutrición es muy amplio y no se limita únicamente a los alimentos y a las bebidas que tomamos durante las comidas. Nos nutrimos asimismo de sonidos, de perfumes, de colores. Los seres del mundo invisible se alimen­tan de olores. La costumbre de quemar incienso en las iglesias, por ejemplo, viene de este conoci­miento antiquísimo de que los espíritus luminosos son atraídos por los olores puros como el incienso, mientras que los espíritus infernales son atraídos por olores nauseabundos. Pero no solamente los olores alimentan; los sonidos y los colores son también un alimento para los espíri­tus invisibles y pueden servir para atraerlos. Por eso frecuentemente los pintores representan a los ángeles interpretando música, y vestidos con ropas de colores tornasolados.

Está dicho en las Escrituras: «Sois templos del Dios Vivo». Es preciso, pues, no mancillar estos templos introduciendo elementos impuros. Si los humanos supieran en qué talleres celestes fueron creados, estarían mucho más atentos a los alimentos que participan en la construcción de este templo que Dios debe venir a habitar. Desgraciadamente, comiendo carne, la mayoría de ellos se parecen más a cementerios llenos de cadáveres que a templos.
Cada criatura animal o humana se siente inclinada a elegir un determinado alimento más bien que otro, y esta selección es siempre muy significativa. Si queréis saber cuál es el resultado de la alimentación carnívora, id a visitar un par­que zoológico, mirad a los animales carnívoros, y lo comprenderéis enseguida. Por lo demás, ni siquiera es necesario ir a los parques zoológicos para constatado. En la vida se encuentran mues­tras humanas que se asemejan a todas las espe­cies animales, e incluso a aquellas que no figu­ran en los parques, como los mamuts, los dino­saurios y otros monstruos prehistóricos. Pero seamos caritativos y quedémonos en los parques zoológicos: allí podéis comprobar que los gran­des carnívoros son animales temibles que despi­den olores extremadamente fuertes, mientras que los herbívoros tienen, en general, costumbres mucho más pacíficas. La comida que absor­ben los herbívoros no los convierte ni en violen­tos ni en agresivos, mientras que la carne vuelve a los carnívoros irritables, y, asimismo, los humanos que la comen se sienten mucho más inclinados a una actividad brutal y destructora.

La diferencia entre la nutrición carnívora y la nutrición vegetariana reside en la cantidad de rayos solares que contienen. Las frutas y las ver­duras están tan impregnadas de luz solar que se puede decir que son una condensación de luz. Cuando se come una fruta o una verdura se absorbe, pues, luz solar de manera directa, la cual deja muy pocos residuos en nosotros. Mien­tras que la carne es más bien pobre en luz solar, por lo que está sometida a una rápida putrefac­ción; ahora bien, todo aquello que sufre una rápida putrefacción es nocivo para la salud.
La carne es nociva, además, por otra causa. Cuando se lleva a los animales al matadero, éstos adivinan el peligro, sienten lo que les espe­ra, tienen miedo y enloquecen. Este miedo pro­voca un desarreglo en el funcionamiento de sus glándulas, las cuales segregan un veneno. Nada puede eliminar este veneno; se introduce en el organismo del hombre que come carne y ello evidentemente no es favorable ni para su salud ni para su longevidad. Me diréis: «Sí, pero la carne es exquisita». Quizás, pero tened en cuen­ta que sólo pensáis en vuestro placer, en vuestra satisfacción. Solamente cuenta para vosotros el placer del momento, aunque tengáis que pagarlo con la muerte de innumerables animales y con vuestra propia ruina.
Además, es necesario que sepáis que todos los alimentos que absorbemos se convierten dentro de nosotros en una antena que capta específicamente determinadas ondas. Así es como la carne nos une al mundo astral. En las regiones inferiores del mundo astral pululan seres que se devoran entre sí como lo hacen las fieras, y así, comiendo carne, estamos en contacto cotidiano con el miedo, la crueldad, la sensualidad de los animales. Aquel que come carne mantiene en su cuerpo un lazo invisible que le une al mundo de los animales, y se espantaría si pudiera ver el color de su aura.
En fin, quitar la vida a los animales es una gran responsabilidad, es una trasgresión de la ley: «No matarás». Por otra parte, en el Géne­sis, antes de la caída, Dios dio a los hombres la alimentación que les correspondía, diciéndoles simplemente: «He aquí que os doy toda hierba de semilla, así como todo árbol que lleva fruto de semilla: éste será vuestro alimento.»
Matando a los animales para comerlos, no solamente se les quita la vida, sino también las posibilidades de evolución que la naturaleza les había dado en esta existencia. Por eso en lo invisible, cada hombre está acompañado por las almas de todos los animales cuya carne comió; estas almas vienen a exigirle indemnizaciones diciendo: «Tú nos privaste de la posibilidad de evolucionar y de instruimos, por lo tanto, de ahora en adelante es a ti a quien incumbe nues­tra educación». Aunque el alma de los animales no sea parecida a la de los humanos, los anima­les tienen un alma, y aquel que ha comido carne de un animal se ve obligado a soportar la presen­cia del alma de éste dentro de sí. Esta presencia se manifiesta a través de estados que correspon­den al mundo animal; por eso, cuando quiere desarrollar su ser superior encuentra dificulta­des: las células animales no obedecen a su deseo, tienen una voluntad propia, dirigida con­tra la suya. Esto explica que muchos comporta­mientos humanos no correspondan en realidad al reino humano, sino al reino animal.
El alimento que absorbemos va a nuestra sangre, y desde allí atrae a las entidades que le corresponden. Está dicho en los Evangelios: «Donde hay cadáveres, se reúnen los buitres». Esto es verdad para los tres mundos: físico, astral y mental. Así pues, si queréis encontraros bien en los tres planos, no atraigáis a los buitres y a los cadáveres. El Cielo no se manifiesta a tra­vés de personas que se dejan invadir por impure­zas físicas, astrales y mentales.
La carne corresponde a un elemento especial que existe en los pensamientos, sentimientos y actos. Si, por ejemplo, soñáis que coméis carne, debéis estar atentos y vigilantes porque ello indica que os veréis expuestos a ciertas tentaciones bien precisas: cometer actos violentos, dejaros arrastrar por deseos sensuales o tener pensa­mientos egoístas e injustos. Ya que la carne representa todo esto: la violencia en el plano físico, la sensualidad en el plano astral y el egoís­mo en el plano mental.
La tradición cuenta que antes de la caída, Adán tenía un rostro radiante, y todos los ani­males le amaban, le respetaban y le obedecían. Después de la caída, Adán perdió su rostro radiante y los animales se convirtieron en sus enemigos. Si las bestias no confían ya en el hombre, y los pájaros vuelan cuando se acerca, si toda la creación lo considera como un enemigo, se debe a una razón determinada: a que ha caído de las alturas espirituales en las que se encontra­ba. Es necesario que vuelva a encontrar su pri­mer esplendor, sometiéndose de nuevo a las leyes del amor y de la sabiduría, con lo cual se reconciliará con todos los reinos de la creación, y se producirá el advenimiento del Reino de Dios sobre la tierra.
En apariencia, la guerra entre los hombres es debida a cuestiones económicas o políticas, pero en realidad, es el resultado de toda esta matanza que hacemos a los animales. La ley de la justicia es implacable: obliga a los humanos a pagar vertiendo tanta sangre como hicieron verter a los animales. ¡Cuántos millones de litros de sangre derramados sobre la tierra que claman venganza al Cielo! La evaporación de esta sangre atrae no solamente a los microbios, sino a millares de larvas y de entidades inferiores del mundo invisi­ble. Estas son verdades que no se conocen y que no se aceptarán quizás, pero tanto si se aceptan como si no; debo revelároslas.
Nosotros matamos a los animales, pero la naturaleza es un organismo, y matando a los animales es como si tocáramos ciertas glándulas de este organismo: en aquel momento las funciones se modifican, se crea un desequilibrio y no hay que sorprenderse si algún tiempo después estalla la guerra entre los hombres. Se han asesinado millones de animales para comerlos, sin saber que en el mundo invisible estaban unidos a determinados hombres, y que, por consiguiente, éstos deben también morir con ellos. Matando a los animales, se asesina a los hombres. Todos dicen que ya 'va siendo hora de que reine la paz en el mundo, que no debe haber más guerra... Pero la guerra durará mientras continuemos matando a los animales, porque matándolos nos destruimos a nosotros mismos.
Extractado de El yoga de la nutrición
Omraam Mikhaël Aïvanhov





miércoles, 27 de agosto de 2014

El vegetarianismo es la Vida Natural por Swami Sri Yukteswar


¿Qué es la vida natural? Para entender en qué consiste la vida natural es necesario distinguirla de lo que no es natural. La vida depende de la selección de (1) alimento, (2) habitación y (3) compañía. Para vivir en forma natural, los animales inferiores hacen esta selección por sí mismos, con la ayuda de sus instintos y de los centinelas naturales localizados en los órganos de los sentidos de la vista, oído, tacto, olfato y gusto. En el ser humano en general, sin embargo, estos órganos están tan desnaturalizados debido al género de vida contrario a la naturaleza que llevan desde la misma infancia, que no es posible confiar en sus reacciones. Por lo tanto para entender lo que son nuestras necesidades naturales, necesitamos depender de la observación la experimentación y la razón.

¿Cuál es el alimento natural del hombre? En la selección de nuestra alimentación natural, deberíamos tomar en consideración cuál es la forma de los órganos que ayudan a la digestión y la nutrición –los dientes y el conducto digestivo- , la tendencia natural de los órganos sensoriales que guían a los animales hacia determinados alimentos, y la alimentación de las criaturas jóvenes.

Observación de los dientes. Al observar los dientes, notamos que en los animales carnívoros los incisivos son poco desarrollados, mientras que los caninos son considerablemente largos, lisos y puntiagudos, para aferrar la presa. Los molares también son puntiagudos, pero no se tocan sino que se ajustan lateralmente para separar las fibras musculares.
En los animales herbívoros, los incisivos son notablemente desarrollados, los caninos reducidos (aunque a veces, como en el caso de los elefantes, se han desarrollado bastante para constituir un arma defensiva) los morales tienen una amplia superficie de masticación y están provistos de esmalte sólo en los costados.
En los frugívoros, todos los dientes tienen casi la misma altura; los caninos son algo predominantes, cónicos y romos (obviamente no están destinados a coger una presa, sino a ejercer la fuerza).Los molares tienen una amplia superficie de masticación y están provistos de capas de esmalte en la parte superior, cuyo objetivo es prevenir el desgaste originado por su movimiento lateral, pero no son puntiagudos para permitirles masticar carne.
Por otra parte en los animales omnívoros como en el caso de los osos, los incisivos se parecen a los de los herbívoros, los caninos a los de los carnívoros y los molares son a la vez anchos y puntiagudos para cumplir un doble propósito.
Ahora bien, si observamos la forma de los dientes en el hombre, podemos comprobar que ésta no se asemeja a la de los animales carnívoros, así como tampoco a la de los herbívoros u omnívoros, pero coincide en la forma exacta de los frugívoros. Puede deducirse, pues, con razón que el hombre es un animal frugívoro, es decir que se alimenta de frutas (Se considera frutas a toda parte de vida animal y vegetal útil al hombre. La dieta a base de frutas a que se refiere Sri Yukteswar incluye, pues, las verduras, hortalizas, cereales, frutos secos, leguminosas, etc).

Observación del canal digestivo. Si observamos el conducto digestivo, podremos apreciar que los intestinos de los animales carnívoros son de 3 a 5 veces más largos que la longitud de su cuerpo, si se mide ésta desde la boca hasta el ano; y su estómago es casi esférico. Los intestinos de los herbívoros son 20 a 28 veces más largo que la longitud de sus cuerpos, y su estómago es más extenso y de forma compuesta. Los intestinos de los animales frugívoros son de 10 a 12 veces más largos que la magnitud de sus cuerpos, y sus estómagos son algo más anchos que los de los carnívoros y están provistos de una extensión de duodeno, que sirve como un segundo estómago.
Esta última es exactamente la formación que encontramos en el ser humano. Aún cuando la anatomía afirma que sus intestinos son de 3 a 5 veces más largos que la longitud de su cuerpo, éste es un error basado en que el cuerpo ha sido medido desde la cabeza hasta la planta de los pies, en lugar de medir la longitud boca – ano. Una vez más podemos deducir con  toda probabilidad que el hombre es un animal  frugívoro.

Observación de los órganos de los sentidos. Al observar la tendencia natural de los órganos de los sentidos- Los indicadores de las substancias nutritivas- que guían a todos los animales hacia su alimento, podemos apreciar que cuando el animal carnívoro encuentra a su presa se deleita tanto que sus ojos brillan: intrépidamente salta sobre ella y lame su sangre con avidez. Por el contrario el animal herbívoro rechaza incluso sus alimentos naturales dejándolos intactos, si estos se encuentran manchados con unas pocas gotas de sangre. Sus sentidos del olfato  y de la vista lo llevan a seleccionar  hierbas y otras plantas para su alimentación, las cuales saborea con deleite. De manera similar observamos que en los animales frugívoros, sus sentidos les guían invariablemente hacia las frutas de los árboles y del campo.
En los hombres de todas las razas constatamos que los sentidos del olfato, del oído y de la vista nunca le inducen a matar animales y que, por el contrario, ni siquiera pueden tolerar la vista de semejantes matanzas. Siempre se ha recomendado que los mataderos sean instalados lejos de las ciudades; a menudo se dictan estrictas ordenanzas prohibiendo el transporte al descubierto de carnes frescas. ¿Puede entonces considerarse a la carne como el alimento natural del hombre, cuando sus ojos y su nariz rechazan, a menos que sean engañados por el sabor que le aportan las especies, la sal y el azúcar? Por otra parte, cuán deliciosa encontramos la fregancia de las frutas, s cuya simple vista se no hace agua la boca! Cabe señalar también que los cereales y vegetales poseen un olor y sabor agradable, aun cuando sea suave, incluso cuando no han sido preparados. De las observaciones anteriores, nos inclinamos a inferir que el hombre estaba destinado originalmente a ser un animal frugívoro.

Observación de los alimentos de los recién nacidos. Si observamos la nutrición de los recién nacidos, podemos apreciar que la leche es indudablemente su principal alimento. Y ésta no se produce en cantidad adecuada  en los senos de la madre si ella no ingiere frutas, cereales y verduras como su alimento natural.

La causa de las enfermedades. De todas estas observaciones, sólo podemos concluir razonablemente que los diversos tipos de cereales, frutas, raíces comestibles, son decididamente los mejores alimentos naturales para el hombre. Dichos alimentos son siempre asimilados, puesto que concuerdan con su organismo, siempre que se ingieran de acuerdo a la capacidad de los órganos digestivos y sean masticados y mezclados con saliva en la forma adecuada.

Otros alimentos no son naturales al hombre y –puesto que no concuerdan con su organismo- le resultan extraños. Por ello, cuando llegan al estómago, no son asimilados en la forma adecuada. Y al mezclarse con la sangre, se acumulan tanto en los órganos excretorios como en otros órganos, ninguno de los cuales se encuentra adaptado para recibirlos. Por este motivo, no pueden ser eliminados y se almacenan en los recesos de los tejidos, por efecto de ley de la gravitación; al fermentar, causan enfermedades tanto físicas como mentales, y conducen a la muerte prematura.


Swami Sri Yukteswar
Extractado de La Ciencia Sagrada,Sutra 9-11.
SelfRealization Fellowship

domingo, 17 de agosto de 2014

Seis sabores del Ayurveda

Cuando se prepara utilizando la cantidad correcta de los seis sabores del Ayurveda, la cocina Ayurveda crea un equilibrio natural entre estos elementos esenciales en nuestro cuerpo. Los seis sabores del Ayurveda son: salado, dulce, astringente, amargo, picante y ácido. Cada sabor posee su propia composición elemental única y por ello cualidades curativas específicas. Una dieta equilibrada consistirá en combinaciones saludables de estos. Con los alimentos y sabores adecuados, los dosha Vata, Pitta y Kapha pueden mantenerse en equilibrio estable; la alimentación se convierte, entonces, en una terapia extremadamente eficaz.
Marcus de Oliveira ( centro de ayurveda)